El cambio de los hábitos de consumo y el avance de la tecnología han cambiado la forma de hacer marketing y definir el negocio para empresas grandes y chicas. La lealtad a una marca es cada vez menos común. El efecto de la publicidad masiva decae con el avance del boca a boca.

De la era del producto se pasó a la del servicio, y hoy nos encontramos en el período de la experiencia. Para los consumidores calidad de producto o servicio es un básico, si queremos diferenciar nuestra oferta debe ser brindando un recuerdo inolvidable al consumidor. Ir a un restaurante con buena comida no es suficiente, la gente busca ambiente, atención sobresaliente, y una particularidad. De esto último vale como ejemplo los restaurantes temáticos.

Lo que importa son las interacciones del consumidor con la empresa, y no solo con la gente de venta o quienes prestan el servicio, también con cualquier miembro de la firma que afecte su experiencia. Por eso toma importancia filosofías como la del Marketing Relacional Integral.

En el área de comunicación, la publicidad tradicional pierde fuerza antes los nuevos medios tecnológicos. Tradicionalmente la gente le daba importancia a los comentarios sobre un producto, negativos o positivos, de sus familiares o amigos. Esto siempre tuvo mayor peso que la publicidad. Pero hoy la internet nos permite tener miles de “amigos” que no conocemos o leer los comentarios de personas que viven a miles de kilómetros y nunca veremos. Y la gente cree más en sus recomendaciones que en las brindadas por la empresa.

Las grandes compañías invierten parte de su presupuesto de marketing en monitorear las redes sociales y gestionar la reputación de su marca en internet. Y aun así muchos no están seguros de lograrlo.

La pregunta es ¿cómo pueden hacer las empresas medianas y chicas para promocionarse en este nuevo escenario? Trataré de ir planteando algunas soluciones de marketing y negocios en futuros artículos.