El sector agropecuario tendrá tres responsabilidades importantes para el futuro: a) satisfacer una creciente demanda de alimentos, b) hacerlo conresponsabilidad ambiental y social, y c) ser la fuente del desarrollo de muchos países emergentes. Para lograr todo esto se tendrá que apoyar en la innovación continua de procesos y tecnología, la cual sólo es posible con el respeto de los derechos de propiedad.

Desde 1950 la población mundial se ha triplicado y se espera que este crecimiento continúe. A ello se le debe sumar el incremento del poder adquisitivo, por ende del consumo, en países como China e India. Se estima que se necesitará duplicar la producción de alimentos para año 2050. Para lograrlo hará falta tecnología innovadora que incremente la productividad de la tierra. Muchos laboratorios están trabajando en agroquímicos más eficientes que requieran menores dosis de aplicación y en el desarrollo de nuevas especies de plantas y animales con mayor rendimiento, que puedan crecer en ambientes más hostiles.

El segundo desafío es el mejor aprovechamiento del agua y la protección del medio ambiente, con niveles de contaminación casi nulos y un menor riesgo para los trabajadores. Uno de los objetivos de estas innovaciones será colaborar con la preservación de la tierra y el agua, así como disminuir la emisión de gases de invernadero.

El incremento de los valores de los alimentos ha impulsado la economía de muchos países emergentes, con una gran participación agrícola. Los avances tecnológicos en el sector no sólo han permitido elevar la productividad, también aumentaron el valor agregado de los llamados “productos primarios”,  promoviendo otras industrias. Laboratorios, productores de agroquímicos y fabricas de maquinas herramientas florecieron alrededor de esta actividad.

La innovación en este sector requiere de mucha inversión y tiempo. Entre la invención y la comercialización pasan muchos años de prueba que demuestren  la eficacia y calidad del producto. Por ello es necesario la protección de los datos de prueba y de los derechos post lanzamiento por un periodo que permita al inventor recuperar la inversión realizada. Sólo de esa forma se incentivará la innovación continua necesaria para el crecimiento sustentable de la producción agropecuaria.

Latino América tiene muchos casos exitosos en este tema. En Chile, Lucien Biotechnologies se dedica a investigar y potenciar el desarrollo de los vegetales. Trabajando con sustancias naturales extraídas de las mismas plantas logran frutos más nutritivos y atractivos.

En la Argentina, el Concurso Nacional de Innovaciones premió siete proyectos en el sector agrario. Entre ellos: Seguimiento satelital del forraje,  Sembradora de alto rendimiento, Cosechadora de cañas de azúcar enteras y la Superpapa, una papa resistente a patógenos.

Los desafío planteados son ambiciosos, pero los países latinoamericanos demostraron tener los recursos humanos y capacidades necesarias para desarrollar las innovaciones requeridas.

Fuentes: División de Innovación del Ministerio de Economía de Chile, CropLife Latin America , InnovAR (Concurso Nacional de Innovaciones) y Fundación Para la Innovación Agraria (FIA).

La innovación también puede incrementar su rentabilidad y hacerlo más competitivo. Escriban para conocer cómo podemos ayudarlo a lograrlo.